Proteccionismo brasileño vuelve a trabar la apertura del Mercosur
Al igual que con China, Brasil tiene “barreras altas” para un TLC con Corea
Mientras que las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) progresan con algunas dificultades y señales políticas, la situación no se replica con otros casos que están en el horizonte de la agenda externa del bloque y en los que el gobierno uruguayo tiene especial interés de avanzar.
Los mismos reparos que el gobierno brasileño exhibió para que el Mercosur negocie un TLC con China se repiten ahora con Corea del Sur, un país que está decidido a liberalizar el comercio con el bloque regional.
El gobierno brasileño no se opone rotundamente a un TLC entre el estado asiático y el Mercosur pero las “barreras” que pone en la negociación son “altas”, dijeron fuentes diplomáticas a El Observador.
Los informantes, que están involucrados en la negociación, advierten resistencia de Brasilia a abrir su mercado y a poner la industria local en competencia con los productos coreanos y chinos.
De forma que la apertura estratégica hacia el Pacífico asiático, con la que el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, ha insistido tanto desde su llegada a la Cancillería, es incapaz de superar las barreras que impone el proteccionismo brasileño.
En el caso de Corea del Sur la situación deja a Itamaraty aislado en el bloque. Tanto Argentina, Paraguay como Uruguay están a favor de impulsar el acuerdo. De hecho, durante la presidencia pro témpore de Argentina se culminó de forma “exitosa” con el “diálogo exploratorio” entre las partes. En marzo se informaba que, tras la culminación de esa instancia de negociación preliminar, cada uno de los estados parte del Mercosur y Corea iniciarían “sus procedimientos internos” con la intención de obtener el mandato que permitiera iniciar las negociaciones del acuerdo comercial “lo antes posible”.
Pero la cuestión va a distintas velocidades en cada uno de los integrantes. En reuniones bilaterales con representantes del gobierno brasileño, los coreanos recibieron la información de que en Itamaraty el tema no recogía tantas simpatías como en resto de los socios del Mercosur. Algunos de los informantes consultados estiman que, al igual que sucede con China, el gobierno Coreano no tendrá interés ni posibilidad de avanzar sin el visto bueno del gigante de la región.
Los empresarios chinos y coreanos ven el ingreso al Mercosur como una puerta de entrada al mercado brasileño que es, lo que a fin de cuentas, más les ineteresa por una entendible cuestión de números. Esa situación de favoritismo se hizo expresa cuando el ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, le planteó al gobierno coreano que deje de comprarle carne a Uruguay y que empiece a comprarle a Brasil, que es un mercado bastante más grande para comerciar.
“Ustedes compran carnes a Uruguay. Ellos tienen poco más de 3,4 millones de habitantes. Brasil tiene 200 millones de habitantes ¿Dónde van a vender más autos Hyundai, Kia, smartphones, TVs Samsung o LG?¿En Uruguay o en Brasil?”, dijo el ministro según un artículo publicado por el Comercio de Porto Alegre en setiembre de 2016.
En su momento el vicencanciller, José Luis Cancela, respondió en el programa En Perspectiva los comentarios del ministro brasileño. “Uruguay tiene una presencia en 140 mercados que está basada en buena medida en sus condiciones excepcionales como productor de calidad. El gobierno chino, por ejemplo, a sus mas altos niveles definió la protección del consumidor como política de Estado. No hay país que hoy le pueda ofrecer a China mejor calidad y seguridad alimentaria para sus consumidores que Uruguay a través de la trazabilidad de los cortes de carne. Y eso no es un problema de tamaño sino de política de calidad”, dijo.
El primer embarque con carne vacuna hacia Corea del Sur fue en 2013. Ese mercado de élite habilitó la importación del producto uruguayo después de dejar de comprar hace una década por la crisis de la fiebre aftosa. Sin embargo, la carne uruguaya paga un arancel que se encuentra en el orden del 40%, una tasa muy alta y que podría disminuir en caso de que se lograra la firma del acuerdo de libre comercio.
En noviembre de 2016, Nin Novoa hizo una visita de estado a Corea del Sur en donde impulsó junto a su homólogo, Yun Byung, las negociaciones para un TLC entre las partes. Las tratativas entre el Mercosur y Corea habían comenzado en 2005, cuando la asociación regional y el país asiático se reunieron en Asunción para iniciar un estudio de factibilidad. Pero desde ese momento hasta marzo de este año las negociaciones habían permanecido estancadas.