Manhattan en alquiler: ¿cómo la pandemia cambió para siempre la vida de Nueva York?
hace 23 horas (actualizado: hace 23 horas) SPUTINK
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El abandono masivo de oficinas durante la pandemia cambió para siempre visión de cómo y dónde trabajar. No obstante, las ventajas del trabajo a distancia entrañan amenazas en algunos sectores e incluso en algunas ciudades. Y la más afectada puede ser Nueva York.
Tanto las empresas como los empleados se han beneficiado del ahorro que supone el no mantener una oficina, alquileres más bajos y una mayor flexibilidad de horario, especialmente para aquellos con familias. No obstante, el nuevo paradigma podría ser un duro golpe para Nueva York, y, en particular, para Manhattan. Y es que su economía se ha mantenido a flote gracias a todo tipo de negocios, desde los vendedores de perritos calientes en la esquina hasta los enormes centros de oficinas, señala el periodista Matthew Haag en su artículo para The New York Times.
Actualmente alrededor del 90% de los trabajadores de oficina de Manhattan trabajan desde casa, una tasa que se ha mantenido sin cambios durante meses, según una encuesta reciente de las principales firmas realizada por Partnership for New York City. El influyente grupo empresarial calcula que menos de la mitad de los empleados regresará a sus oficinas en septiembre del 2021.
El informe de Haag apunta a que la cantidad de espacio para oficinas en Manhattan disponible en el mercado ha aumentado en los últimos meses hasta 9,3 millones de metros cuadrados, aproximadamente un 37% más que en el 2020 y más que todo el espacio de oficinas combinado en las ciudades estadounidenses de Los Ángeles, Atlanta y Dallas.
Los expertos en bienes raíces señalan que en Midtown y el Bajo Manhattan —los dos distritos comerciales centrales más grandes de Nueva York y de todo el país— nunca ha habido tanto espacio para oficinas en alquiler. Un 16,4% del espacio total. Es un porcentaje muy superior al visto en crisis pasadas, incluso tras los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y la Gran Recesión del 2008.
La nueva realidad para grandes compañías
Ahora, incluso algunas de las empresas más grandes y robustas —incluida JPMorgan Chase & Co que tiene más de 20.000 empleados de oficina en la ciudad— han rechazado una semana laboral de cinco días en la oficina. El banco está considerado por sus empleados un modelo de trabajo rotativo. Es decir, alternarían el trabajo remoto con el presencial en la oficina.
Las oficinas de la sede estadounidense del principal servicio de música en streaming, Spotify, antes ocupaban 16 pisos del 4 World Trade Center. Probablemente tampoco vuelvan a llenarse. Las autoridades de la compañía les han dicho a sus empleados que pueden trabajar en cualquier lugar, incluso en otros estados.
Salesforce, una empresa estadounidense de software bajo demanda cuyo nombre adorna un edificio de 192 metros en Midtown Manhattan, ahora espera que sus trabajadores estén en la oficina entre uno y tres días a la semana.
Otras grandes empresas —incluida la firma de contabilidad PricewaterhouseCoopers, el grupo de marketing Omnicom Group y el gigante publicitario WPP— han buscado subarrendatarios para hacerse cargo de partes significativas de sus oficinas en Manhattan.
Consecuencias para la ciudad
Los empleados no tienen prisa por volver a la oficina y, de hecho, muchos de ellos nunca lo harán. Las consecuencias para Nueva York podrían ser diversas. La urbe verá un impacto no solo en sus restaurantes, cafeterías y centros de negocios, sino también en las finanzas municipales, que dependen en gran medida de los bienes raíces comerciales, señala Haag.
Así, el valor de mercado de los alquileres comerciales —entre ellos, edificios de oficinas— se desplomó casi un 16% durante la pandemia, lo que provocó una fuerte disminución en los ingresos fiscales que pagan los servicios esenciales de la ciudad, como las escuelas.
De acuerdo con el periodista, la mitad de los impuestos que pagan los inmuebles y los edificios comerciales se destinan al mantenimiento de la ciudad. Por primera vez en más de dos décadas, Nueva York espera que los ingresos por impuestos a la propiedad disminuyan unos 2.500 millones de dólares en el año fiscal 2022.
La situación ha provocado la asignación a Nueva York de una asistencia federal significativa: 5.950 millones de dólares en ayuda directa y otros 4.000 millones de dólares para las escuelas, declaró una portavoz del Ayuntamiento neoyorquino.
Si bien eso aborda las necesidades inmediatas, la ciudad aún se enfrenta a un déficit presupuestario estimado de 5.000 millones de dólares el próximo año y a déficits similares en los años venideros.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, exige que los aproximadamente 80.000 empleados de las oficinas municipales de la ciudad regresen a sus puestos de trabajo a principios de mayo del 2021, ya que llenar los edificios de Nueva York es clave para su recuperación.
“Este es un paso importante para la ciudad y es otro paso importante en el camino hacia la recuperación total de Nueva York”, aseguró de Blasio, citado por el NYTimes.
El lado positivo
Sin embargo, al menos una industria está aprovechando la situación: el sector de la tecnología. Ha ampliado su presencia en Nueva York durante la pandemia. Así, Facebook agregó más de 92.900 metros cuadrados de espacio a sus oficinas en Manhattan y, Apple, dos pisos en un edificio de Midtown Manhattan.
Además, el aumento de los inmuebles comerciales disponibles ha sido una bendición para algunas empresas nuevas que antes, debido al elevadísimo precio de los alquileres no podían permitirse contar con su espacio.
Las enormes pérdidas en el mercado de las inmobiliarias más grandes de la ciudad han generado una idea que parecía impensable antes de la pandemia: convertir edificios de oficinas en Manhattan en viviendas para personas de bajos ingresos.
El investigador del Marron Institute de la Universidad de Nueva York Alain Bertaud, destacó el efecto positivo en la ciudad que puede tener reducir el espacio para oficinas. Bertaud aseguró que podría llevar a una nueva generación a las zonas de Nueva York que ahora no son asequibles para los jóvenes.
Además, la transición a un modelo de trabajo remoto podría resolver el problema de la congestión en las carreteras neoyorquinas y en el metro en las horas punta, opina el profesor de la Universidad de Columbia Rohit Aggarwala.